Sobre zancos de miel y fuego
Se presenta airado el poeta;
Glorificando odas lentas
Captura indómito el verso,
—Majestuoso, hondo, silencio—
Y clava en tu dolor la espuela.
Se presenta airado el poeta;
Glorificando odas lentas
Captura indómito el verso,
—Majestuoso, hondo, silencio—
Y clava en tu dolor la espuela.
4 comentarios:
Bueno, Fugitivo, como uno es muy rústico no te he entendido nada pero es muy bonito lo que dices.
el poeta como el torero entra a matar por la quinta intercostal. Daliniano, ya lo creo
saludos blogueros
Cuidado Fugitivo el caballo esta mosqueteras.
Saluditos.
TELLAGORRI:
Nada de rústico eres. Un poco vasco, eso sí. Y muy aficionado a las primitas...
Gracias por apreciar algo de belleza en el poema tan abstruso.
JOSE ANTONIO:
Eso creo yo también, sobre el arte de entrar a matar, a calzón quitado.
SaludoS
ZORRETE:
El caballo está atacado perdido, sí. Es de la tentación de San Antonio, de Dalí.
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