lunes, 17 de febrero de 2014

DE PASO PERO SIN PASAR



("Que el pensamiento es estar siempre de paso") 

Lo cantaba Aute... Es lo que tiene ser un veterano fugitivo... Ser fugitivo de todo y "fugitivo de la nada" (como aquellos "renovadores de la nada" que decía Arfonzo Guerra, mi'e'mano), para poder justificarse en las ausencias...


En realidad –como todos ustedes–, lo que somos es fugitivos de la vida, pues vamos entrando y saliendo por sus costuras, sabiendo que al final la abandonaremos o nos abandonará ella a nosotros. Es el único tema de la literatura universal: el paso del tiempo. Lo único que nos configura como humanos, en la medida en que tenemos memoria –para retroceder– e imaginación –para anticiparnos–. 

El presente es el filo en el que se mueve y se hiere el fugitivo; ese instante inapresable (inaprehensible, inexplicable, incomprensible...) como el grano de arena que, roto el reloj, resbala entre nuestros dedos; ablativo, como la última  microscópica rodaja de la barra de mortadela (que es nuestra vida, acuchillada incesantemente por la picadora del tiempo).


Lo que los modernos llaman un "hecho puntual" –como la ola que rompe en el acantilado– es la ilusión de poder establecer un punto ficticio, un asidero, en lo que es un fluir continuo a chorros de la conciencia; la conciencia que va surfeando sobre las ondas del tiempo; a veces disfrutando del viento favorable, otras sufriéndolo en su contra. La conciencia que registra la percepción interna del desangramiento, de la hemorragía en que los sucesivos presentes nos van robando la vida. 



              

Y el anhelo de escapar del (a veces) miserable presente es lo que caracteriza nuestra fuga imposible, que puede tomar tres rumbos, a saber:

a) el refugio en el anhelo de lo perdido ("Retorno a Brideshead")

b) la planificación de un devenir improbable. ("Regreso al Futuro")

c) la elaboración de una realidad artística paralela habitable. ("El Desván del Fugitivo")




Así queda demostrado que el tal Fugitivo es un escapista, que entra y sale de su blog de mala manera –cuando le da la vena–, y que éste es uno más de sus (¿fallidos?) intentos de crear un imaginario pseudoartístico, en el que refugiarse de los temporales de la vida.

Pero también están ustedes, amigos, islas cercanas, blogs próximos, visitantes y huéspedes virtuales que rompen el telón de acero del olvido.

Bueno, no nos pongamos cursis y... FugisaludoS.

P.S. FUGIT IRREPARABILE TEMPUS (El tiempo pasa irremediablemente):


Carácter irrecuperable del tiempo vivido: evocación de la condición fugaz de la vida humana.

6 comentarios:

Old Nick dijo...

Huir POr Las COSTURAS DE LA VIDA
Es Aforismo Para Ser Grabado,
En Lápida Y Memoria Receptiva,
Regalo De Un Filósofo, Al Negado.
¡Liguemos A La PARCA Tan Furtiva,
Pero Antes, Que Nos QUITEN LO BAILADO!

Buena Lección Filosófico-Escapista, Amigo.
Un Cordial Abrazo.
¡Que Siga La JUERGA, Mientras El Cuerpo Aguante!
FUGISALUDOS.
Un Brindis Por "EL BAILE"
Y
¡¡RIAU RIAU!!

El Fugitivo dijo...

OLD NICK:

Muchas gracias por tu visita. Por ahora el cuerpo aguanta, pero bailar es otra cosa...

FugisaludoS

César dijo...


No te quejes que al bailar, se mata el tiempo pisando, a la pareja de baile. Mientras va el tiempo pasando, y la parca no nos calle...

El Fugitivo dijo...

¿Quién se queja?

Pasando, pisando, pensando... Quizás besando.

Bienvenido, César.

efeefe dijo...

Bien traído, eso de «refugiarse de los temporales de la vida».
En siete palabras exhibe todo el sentido, y a la vez oculta el sinsentido último de tu alegato y tu propuesta.
Irónica polisemia, aporema irresoluble: temporales nosotros, febles criaturas auto-imaginadas; temporales nuestras vidas, trágicos sus temporales, temporales sus tragedias y comedias; precariamente temporales, también, toda fuga y todo refugio.

El Fugitivo dijo...

EFEEFE:
Temporales, hasta nuestros comtratos laborales...

Muy agudo tu análisis, que siempre ilumina aristas que al propio autor (escapista él) escapan.

Un abrazo, brother.