Lo importante no es sólo que todos seamos iguales ante la Ley, sino, sobre todo, que la Ley sea igual ante nosotros.
Es decir que se aplique la Ley (por buena o mala que sea) con imparcialidad y de manera equitativa a todos los ciudadanos, ya sean duques empalmados, políticos sobrecogedores o robaperas barbudos.
Eso es lo que simboliza la representación de la Justicia como una dama ciega (o con los ojos vendados, para ser más precisos): que ella no mira quién pueda ser el justiciable, sino los hechos que se presentan a su consideración; para sopesarlos en cada plato de la balanza y así determinar hacia qué lado se inclina su fiel.
Significa que la justicia no debe tener en cuenta ni la identidad ni el aspecto o apariencia del juzgado, empero sí su condición. Así, por ejemplo, los delitos cometidos por servidores públicos, representantes políticos, jueces o miembros de altas instituciones y magistraturas del Estado deberían tener una pena agravada. Pues ésta condición del sujeto y sus demás circunstancias concomitantes son hechos relevantes.
Erróneamente se identifica esta figura con la diosa griega Themis
–consejera aúlica de Zeus, defensora de la Ley Natural de origen divino, las costumbres tradicionales, la Religión y la Moral–. A la derecha podemos verla, sentada junto a Zeus, en esta ilustración procedente de una cerámica griega del Siglo IV a.C.–.
Pero en realidad se trata de la IUSTITIA, deidad romana que ilustra una virtud cívica: el imperio de la Ley, elaborada por el hombre para garantizar la convivencia armoniosa de las personas en sociedad.
La espada, en cambio, representa la fuerza de la Ley, presta a ser blandida si se requiere su uso. Esta coerción legal nunca puede ser considerada como "violencia", sino como imposición civilizatoria de la Justicia: corrección de los abusos, castigo de los criminales, reparto de los bienes en litigio, concordia entre las partes, restablecimiento del orden y la legitimidad vulneradas.
Asclepio, el sanador. |
Este sanador, llamado originariamente Asclepio, fue un precursor griego de la medicina; en su iconografía el Héroe presenta un báculo en torno al cual se enrosca un aspid: eran serpientes no venenosas utilizadas en el ritual de curación, las cuales solían campar a sus anchas por los santuarios de sus devotos (el más famoso estaba en Epidauro), así como por las casas de los enfermos en tratamiento.
Asesinos |
De ella derivan, como es sabido, el emblema de la OMS, y el símbolo de nuestras modernas farmacias.
O.M.S. |
Es lenta, rastrera, se mancha la toga con el lodo del camino, le pone los cuernos a cualquiera y sale siempre al sol que más calienta: a agradecerle a sus amos políticos las hojitas de lechuga que les arrojan.
Con honrosas y honorables excepciones...
Jueza ALAYA. toda una mujer |
Gracias y hasta la próxima aventura del Fugitivo.
La Libertad besando a la Justicia |
12 comentarios:
Lo del caracol fue muy acertado,esperemos que el caracol justiciero tome algo de impulso en estos tiempo tan dificiles,un saludo,
¡Joer...Fugitivo, lección magistral en pocas palabras! digno representante de Baltasar Gracián.
Tenemos un Poder Judicial muerto desde los tiempos del "felipismo" en los que un tal Alfonso Guerra decidió rematar a Montesquieu. Pero lo malo, la serpiente que se enrosca en lo que sea, está presente en la Justicia de nuestros días, que ha decidido pasar de "ciega" a "tonta interesada" y de Función Pública directamente al "Cabaré" con sus pasos de baile y sus oropeles para emputecerse al mejor postor, sea político o periódico. Y así nuestros "togados" han pasado a "tocados" por la fama y el parné.
Ahora ya no son ciegos de conciencia, también son tontos de solemnidad porque muchos ni siquiera han pasado por la tortura de una oposición y por ello deben lamer muchos culos para seguir en el cargo regalado: un asco.
Un saludo.
MUY BUENO, DON FUGI.
Felicitaciones
La base de cualquier gobierno democratico es esa dama con los ojos vendados que llamamos Justicia, buen post.
Fantástico post y el final con el símil del caracolillo acertadisimo. Zi Zeño todo un post caballero de las artes y las letras :)
Saluditos.
Para que exista una justicia ajena a las entromisiones y al manoseo político, es necesario que los jueces sean elegido por ellos mismos y que el CGPJ esté libre de cuotas de partidos y cambalaches.
Todo lo que no sea eso, es agua de borrajas.
Saludos.
AGUSTÍN:
Ya nos gustaría que el caracol emprendiera el vuelo.
Un abrazo.
JANO:
Muchas gracias. Claro que los togados están tocados desde la malvada reforma felipista de 1985.
Muchos años han pasado, y todos los partidos, cuando tienen mayoría, dejan la cosa estar. Porque les conviene tener subordinado al poder judicial.
Un abrazo.
JAVIER:
Viniendo de un docto en la materia como usted, me reconforta su felicitaciön doblemente.
CANDELA:
Así es. Y así nos va.
Un beso.
ZORRETE:
El caracolillo hispánico...
Gracias y un abrazo, amigo.
NATALIA:
Completamente de acuerdo.
¿Van a promulgar esa reforma "los chicos" de Mariano, los gallardetes quizás?
Un beso.
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